Por David Pineda Osorio*
Dos de mis mejores amigos han migrado
de la ciudad al campo, retornando al territorio de sus ancestros, el es mapuche y
su nombre es Daniel Punolef, ella es Delphine Genard y tendrán un niño pichichi
los próximos días. Han dedidido vivir en el sur y cambiar hacia una forma
de vida ecológica, más amigable con la naturaleza en la senda de lo que se
llama la permacultura y el buen vivir.
He logrado encontrar a lo largo de
mi vida amigos en que siempre ha sido diferente la acogida cuando nos
encontramos, a través del hablar logramos ir descubriendo nuevos mundos y un saber que se logra a través de la palabra y de todo lo que sucede en
los pequeños acontecimientos que llamamos conversación.
Mis amigos Delphine y Daniel no son
la excepción, simplemente me encanta estar con ellos. Es por eso que he
decidido ayudarles en un gran proyecto que es construir su casa en el sur la “Ruka
Pellín”, en
su tierra, y con métodos ecológicos: un sistema que usa fardos de paja como
aislación y barro arcilloso, estructura de madera noble y mucho trabajo de
minga en que amigos y familiares han estado dando la mano. Ellos por ahora viven en una casita que le
cedieron los familiares, Daniel va a trabajar en la casa y Delphine trabaja en
el computador y hace las cosas que puede con su estado de (in) gravidez como
galletas de avena muy pero muy ricas.
El Wetripantu está a una luna en
cantidad de días y mientras más al sur uno está más frios y cortos se tornan
los días. Hay ciclos que deben cerrarse y uno de ellos es la preparación de un
hogar para la familia con el nuevo niño.
Hoy la tarea ha sido posible gracias
a que dispongo de tiempo libre (soy un maldito cesante desde hace algunos días)
y la imposibilidad de mantenerme quieto, ¡debo estar haciendo, ayudando,
moviéndome! Y como tengo algunos
conocimientos de electricidad en que puedo aplicar en tareas sencillas esas
cosas complejas que se aprenden en la universidad dispuse de mi tiempo y
habilidades para que hiciéramos el montaje del circuito eléctrico. Un tanto
para la iluminación, otro tanto para los equipos que se enchufan, muy simple.
Usando cajas y tubos naranjos, alambres de cobre recubiertos, todo ok.
He dejado la ciudad de Santiago por
unos días en medio de las terribles tragedias que han azotado a los
estudiantes, dos muertos asesinados a balazos, una chica golpeada por
carabineros y un muchacho con heridas de extrema gravedad en la cabeza. La violencia
ha ido aumentando y me ha sido necesario tomar un respiro. He aprovechado de
viajar a Lican Ray para entonces ayudar y reponer mis energías, que se viene un
largo camino a futuro.
Al final el cuento no es sobre la
misma instalación sino sobre cómo hemos discurrido con mi amigo Daniel sobre
como el aire puro y los paisajes hermosos cambian el ritmo de lo acelerado de
la ciudad a una forma más contemplativa, más certera, más real y conectada con
la naturaleza. Son las nuevas buenas maneras que se están escribiendo en el
libro de como la humanidad va volviendo a la tierra, dejando el capital y su
cultura de exterminio. Da hasta para olvidarse de apagar las luces de la
camioneta.
Entonces resulta que mis amigos han
estado trabajando nunca jamás solos, sino en la graciosa compañía de una red de
seres humanos amorosos que también están emprendiendo caminos hacia una vida
ecológica en que han compartido conocimientos y saberes ancestrales que han
estado rescatando. Habitualmente
se reúnen y hacen actividades como talleres y jornadas comunitarias. Es aquí
donde nos detuvimos en nuestro trabajo en Ruka Pellín y partimos al hogar de
Freddy, en donde se realizaría la jornada de talleres.
Como siempre me he movido y he
logrado buenas energías, me he guiado en la intuición y he aceptado con agrado
la invitación de mis amigos a participar. En principio iríamos los tres a la
jornada, pero Delphine no ha podido porque está en sus últimos días de embarazo
y se ha sentido indispuesta. Llevamos, por supuesto, las deliciosas galletas de
avena, sésamo, chocolate y fruta (no sé que más tenían) como colaboración para
el almuerzo comunitario.
Como no iba Delphine tuvimos que
llamarla para que nos enviara las directrices para lograr llegar al lugar,
fueron perfectas, incluso afuera del lugar estaba indicado con un cartel de
madera la palabra 'Talleres”. Así que nos abrieron el portón y entramos con la
camioneta. Eran cerca de las 13 horas y había un grupo de gente en frente a un
baño seco y cerca de un domo (construcción de sección esférica) de unos 6
metros de altura. Además, en el terreno de media hectárea, se apilaban leños a
la izquierda del camino de entrada, había una casa a unos veinte metros de
desde la entrada, después una huerta, unas maquinarias para extraer agua y un
cuarto al fondo.
Nos encaminamos con Puno, luego de
saludar y guardar algunas cosas en el interior del domo, que tiene dos
ambientes (dos pisos), conectamos los cargadores y dejamos cargando un rato los
celulares. Caminamos con los amigos más conocidos por Puno y nos fuimos
saludando, entramos al cuarto en el que había una cocinería y mesas. Se
encontraba gente preparando los alimentos, sucediendo esto mientras el gran
grupo de gente participaba en un taller de construcción de domos.
Mientras saludábamos al nuevo grupo,
en el que se encontraban mujeres, muchachos y una niña de dos años nos
convidaron mate y nos dispusimos a ayudar en la preparación de los alimentos.
Daniel se dedicó a picar las acelgas, que habían verdes y rojas, yo me dediqué a
ayudar a pelar una especie de tubérculos que no eran papas pero que se comen de
la misma manera, tal vez más blandos pero de cáscara más dura, esto lo preparamos
en un puré que compartimos en el almuerzo. Por otro lado habían preparaciones
de garbanzos, de quinoa, de papas originarias, de ajíes en escabeche, etcétera.
Puros alimentos sanos y naturales.
Creo que, para abrir el apetito, se
programó precisamente el taller que dio Patricia sobre alimentación saludable,
primero entraron para explicar los principios y luego salieron para dar espacio
a la preparación de las mesas. De este taller pude escuchar sobre los
principios de lo crudo y lo cocido. Lo que me recordó, precisamente un libro
que estoy buscando del antropólogo Claude Levy-Strauss (buen regalo sería) que
habla precisamente sobre las culturas humanas y de como muchos de los mitos
esenciales de ellas hablan sobre lo crudo y lo cocido, una de las
características que nos hace diferenciarnos a los humanos del resto de la
naturaleza.
Pues comimos, bebimos sidra de
manzana y jugo de frambuesas del huerto. Conversamos y compartimos, nuevamente
salió a relucir esa habilidad que tenemos en que, a través de las palabras,
logramos un conocimiento colectivo, sintonizando vidas que antes no existían
entre si, creando lazos. Se habló, al finalizar el almuerzo comunitario, de los
aportes voluntarios en dinero que haríamos para ayudar a una comunidad de
permacultura de la sexta región que se incendió y en que quedó con quemaduras
un amigo que no recuerdo su nombre.
Luego sucedió la segunda tanda de
talleres que se centraron en las bombas de extracción de agua de pozos, el
cuidado de los animales y suelos, huertos orgánicos e invernaderos. Un
artefacto interesante resultó ser la bomba rosario. El nombre, analizando semánticamente
su significado, debido a que el efecto de subir el agua se debe a 'cuentas' de
goma colocadas para tapar una cañería e impulsar hacia arriba el agua.
Significante además es el uso de materiales reciclados como ruedas de bicicleta
o el caucho de neumáticos.
Conversé también con Emanuel, que es
especialista apicultor, en un encuentro fortuito que tuvimos en el domo al
estar él con su hijo y yo buscando el celular (que tuve que ir y volver varias
veces a cargar y sacar para obtener las fotos). Hablamos sobre la necesidad de
crear redes interculturales para romper lo que nombramos la “endogamia cultural”,
que era importante generar redes sobre todos los temas pero que era muy
necesario, para lograr recuperar el poder constituyente de los comunes
(nosotros, la gente común), lograr entremezclar las distintas manifestaciones
humanas y enriquecernos, como individuos y comunidades. Hablamos además de
software libre, empoderamiento tecnológico (también) y sobre la posibilidad de
realizar un intercambio de talleres más adelante, durante este año.
En otra ocasión, con un grupo más
grande conversamos sobre el cultivo de plantas naturales y mágicas, de como se
ha ido condenando oficialmente ya que el sistema quiere que seamos solamente
máquinas productivas y no pensantes que reflexionemos sobre lo que hacemos y lo
que causa lo que hacemos.
La última actividad fue sobre el
mundo de las abejas, del cuidado de los panales y el increíble sistema de
asignación de roles en que cada individuo logra hacer por el grupo y aportar a
un poder colectivo que permite darle una identidad especial de ser
multiviviente. El control de plagas fue un tema que también se toco, el efecto
de los pesticidas en las abejas en que ellas juegan un papel fundamental en los
ecosistemas, sobre las propiedades saludables de los productos de la miel y de
cómo usar estos sin generar una explotación de las abejas.
En ello pasé la tarde, conversando
un poquito a poquito con los que pude, irlos conociendo y escuchando los
talleres. Se hizo la tarde y hubo que despedirse, con muchas ganas de continuar
en contacto y estrechar lazos con las distintas personas que participaron y sus
quehaceres. Cerrando el día con los chicos en que seguimos comiendo un poquito
más, continuar trabajando mañana y esperando que salga ya el chiquitín.
Mayo 2015
*David Pineda
Miembro de Cultura Libre Universidad de Chile http://cluch.cl
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Forma parte del equipo organizador del festival Libr3 http://festival.libr3.org
Practicante de blog, sólo por el gusto de escribir http://notengoelpoder.blogspot.com
Revista Literaria http://elpajaroverde.cl
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